30 de diciembre de 2010

Se escapa otro año

Tenía no uno, si no dos temas en el tintero para publicar esta semana (es que la Ley Sinde da para mucho), pero resulta que me funcionaba mal la tecla de acento del teclado, al pulsarla me salían dos y claro, sin tildes yo no puedo vivir, ultrajar a un idioma me supera. Pero, ¿para qué creó dios internet? Lógicamente para solucionar todos mis problemas informáticos, un par de foros por aquí, unas descargas por allá y ¡listo! Ya puedo escribir tranquilamente, pero se me han escapado los últimos días del año y hoy, último día de trabajo en el laboratorio, me gustaría deleitaros con un post sobre cómo me ha ido este año y qué propósitos tengo para el año que entra ya mismo (la originalidad nunca fue mi fuerte).

2010 es un número bonito, que me recuerda a las conversaciones sobre el gordo de navidad, ¿quién estipula qué números son más bonitos que otros? En serio, el 00001 a mí me encanta y tiene las mismas posibilidades de salir que cualquier otro, en fin, no me sorprende en un país lleno de farsantes y supersticiosos... A pesar de la belleza cuestionable de los números, creo que este año se ha estancado del todo mi vida. Suena mal, pero no tiene nada que ver con la felicidad, si no con el cambio. Leed en el blog change la historia que ha publicado nearwen, porque nunca me he sentido como una rosa (me va más la sencillez de una margarita), pero es cierto que el cambio, la suerte, la felicidad están dentro de cada uno y a veces nos cuesta darnos cuenta de qué buscamos exactamente y mientras intentamos averiguarlo la vida pasa a una velocidad que despeina.

Por otra parte, mientras busco un huequito donde encajar, me meto en mil cosas. Eso me pasa porque soy inquieta mentalmente, pero una marmota en cuanto al físico se refiere, si no me obligara a hacer cosas me dedicaría a dejar la marca de mi trasero en el sofá (cuánto daño han hecho los Simpsons). Como me gustan los idiomas, a empezar a estudiar japonés y a seguir con el inglés (en serio, que alguien me diga cuándo puedes dejar de estudiar este idioma); como me gusta la ciencia, a empezar con un programa de radio (no mencionemos el blog, porque tiene telarañas); como me entran las añoranzas de mi pasión por el karate a pensar en volver. Si el día tuviera más horas os aseguro que haría más cosas. Lo que arregla a este año que ya es agua pasada es haber conocido a gente interesante y haber podido disfrutar de mis aficiones y mi gente, porque al final es lo que te llena, estar todos los días fuera de casa de 9 a 9, pero poder llegar a Santander un sábado y olvidarme de todo con unas cervecitas de por medio o repantingada en el sofá sin hacer nada de nada. Eso es vida.

Por lo tanto, para el año que entra espero poder empezar a producir científicamente de verdad, mejorar los idiomas que espero me hagan falta en un futuro cercano, decidir si voy o no a Japón (última broma que me han hecho: "cada vez se te están achinando más los ojos"), hacer que el programa de radio sea todavía más interesante, volver a karate y estirar estos músculos de vieja que tengo, seguir haciendo las cosas que me gustan y disfrutar de vuestra compañía.

Nada más, para los propósitos de año nuevo solamente recordaros que "la suerte es de los valientes".

23 de diciembre de 2010

I'm dreaming of a white christmas

Último post antes de las fiestas... ¡Feliz Navidad!

Haciendo mi repaso diario a los blogs que merecen un seguimiento, me doy cuenta que mucha gente odia la navidad. A mí esta época me crea un sentimiento contradictorio, porque a pesar del consumismo desmedido, las aglomeraciones de gente que se echa a las calles para comprar y comprar, que sean unas fiestas basadas en tradiciones religiosas (creo que nació alguien importante... ah, es verdad, ¡feliz aniversario, Sir Newton!), el gasto innecesario de ayuntamientos para decorar las calles, y algún que otro inconveniente más, la Navidad me gusta. Quizá tengan razón cuando dicen que es una época de falsedad e hipocresía, pero son los únicos días en los que me creo que las personas de buen corazón existen, que por muy cabrón que seas durante todo el año, estos días puede que se te ablande el corazón (aunque sería más lógico que se te congelara) y hagas algo bueno por alguien. Vuelven a avivarse los sueños y las esperanzas en que el año que viene sea mejor y por lo menos intentamos pensar en los propósitos de año nuevo (porque el día 2 de enero se nos olvidan). Puede que no sea real, pero aprovechar la oportunidad para estar con la familia y la gente a la que quieres, incluso olvidando antiguas rencillas, es algo que me hace ilusión. Puede que la gente sólo necesite una excusa para tener esperanza.

A pesar de todo esto y reconociendo que me gustaría que no saliera todo el mundo a la calle (agobio mortal, prefiero un chocolate con churros en casita), lo único que más me gusta del invierno es la nieve, y justo hace un rato en SoyGik he visto unas imágenes de microscopía electrónica muy chulas de los copos de nieve.



Es impresionante la belleza de la naturaleza, en este caso con unas formas geométricas tan perfectas. Para terminar, ya que espero que mis primas pequeñas se aprendan otro villancico aparte del de "pero mira cómo beben los peces en el río" (se van a atragantar ya de tanto darle a la bebida) y una de mis sugerencias es esta:


Felices fiestas a todos.

20 de diciembre de 2010

Miles de libros en el bolso

Hoy os traigo un tema completamente diferente al anterior (no todo en la vida es reflexionar sobre temas tan profundos) que como cierta personita me ha dicho que le gusta como escribo, voy a hacer uso de las yemas de los dedos hasta que se me gasten.

Una de mis aficiones es la lectura, me apasiona, creo que es una forma de adquirir las experiencias y conocimientos que nos pueden aportar otras personas, además de evadirnos en situaciones o mundos que son desconocidos o incluso están más allá de nuestra imginación. Por ello os voy a comentar algunas cosas de un "gadget" que me regalaron en mi último cumpleaños (la familia que de vez en cuando se estira) y sobre el que me han preguntado varias personas para poder autoregalárselo estas navidades (no me preguntéis por qué esperar hasta navidad para regalarse algo a uno mismo, que me sé de alguno que incluso se envuelve sus propios regalos...).

Estoy hablando del e-book (e-reader o lector de libros electrónico, a gusto del consumidor). Sí, ya sé que os gusta más el papel, los libros de toda la vida, a mí también, pero llevando en el bolso "El Chino" de Henning Mankell, que pesa un quintal y medio, mi hombro se dio cuenta que la amputación no era la mejor solución. Para los que leemos en el autobús, el metro y otros medios de transporte (en el coche espero que no, porque puede distraerte un poco de la conducción), esta es la solución. Cuando mi hombro se debatía entre la vida y la muerte me regalaron a este pequeñín:


Miradle dentro de su fundita en mi mesa del laboratorio.

Ahí lo tenéis, venía con su buena funda para que no le pase nada en los diversos golpes que le arreo a mi bolso (pura torpeza) y dentro venían cientos de libros. Este modelo no es táctil, pero ahora hay e-books con ese tipo de pantalla y con más aplicaciones como subrayar frases. El lector puede reproducir pdf, fb2, doc y otros formatos, si no hay en línea programas para convertir de unos a otros. También reproduce sonido (creo que esto ni lo he probado), se ven imágenes y alguna cosa más que me dejaré en el tintero. Los libros se pueden comprar igual que los tradicionales, no me seáis piratillas que hay que ayudar a los escritores, pero si alguno no se lo puede permitir, buceando por internet encuentras gran variedad de títulos (quizá esto sea igual que prestar un libro, así acallaré a mi conciencia por poner estas cosas en el blog).

En fin, me dejaré muchas cosas que contar, pero contestaré a cualquier pregunta que me formuléis. Una cosa que sí quiero dejar clara, algunas personas me dicen que prefieren comprarse una tablet/ipad antes que un e-book, porque tiene muchas más funciones (está claro, es como un ordenador), pero os aviso que estos aparatejos no tienen una pantalla especial para leer, que es lo mismo que leer un pdf en la pantalla de vuestro ordenador. Un e-book está especializado en la lectura, por eso mirar su pantalla es como mirar la hoja de un libro, por eso merece la pena tenerlo. Ale, a pedirlo para reyes.

17 de diciembre de 2010

Libertad de expresión

Ayer acudimos a una conferencia muy interesante sobre los medios de comunicación en Rusia (no se me ha perdido nada allí, pero mi curiosidad no conoce límites) y aunque creo que muchos ya intuíamos un poco lo que ocurría gracias a los medios de comunicación extranjeros que están allí, nunca deja de sorprenderme como se coartan las libertades de los ciudadanos en varios países (demasiados en mi opinión), siendo algunas de esas situaciones denunciadas por organismos internacionales, a la vez que actúan como unos hipócritas no dando importancia a las que ocurren en países con los que está muy feo meterse.  El conferenciante hizo apuntes sobre la aplicación la mano dura, que en las televisiones no había diversidad en las opiniones (casi todo le pertenece al estado), que misteriosamente los periodistas críticos con la actuación del gobierno son asesinados o apaleados y que además esos casos nunca se resuelven, etc, etc.

Me quedo corta con este resumen, pero me recuerda mucho a un libro que he leído hace poco y que tenía pendiente: 1984 de George Orwell. La recomiendo fervientemente, trata de un mundo con estados autoritarios, basado en la manipulación de la información, de la vigilancia constante y de la ausencia total de libertad de expresión, además de unos lavados de cabeza importantes. Es curioso, porque viendo cómo está el mundo en el siglo XXI, en las librerías deberían cambiar los ejemplares de esta obra de la estantería de ficción a la de sociología o alguna por el estilo.

Lo que me gustaría es intentar hacer una comparativa con el país en el que vivimos, donde la libertad de expresión se ha convertido en libertad de difamación. Estamos de acuerdo en que cada uno puede decir lo que le venga en gana (no desaprovechemos las maravillosas cuerdas vocales que nos ha dado la evolución), pero no utilizarlo como arma arrojadiza contra cualquiera si tener la más mínima prueba. El ejemplo más claro son los medios de comunicación, para los que inventaría una nueva palabra, como "hipersensacionalismo". Creo que no nos damos cuenta de la suerte que tenemos de poder llamar derecho constitucional a eso llamado libertad de expresión, de poder expresar nuestras opiniones y debatirlas, de compartir conocimientos e información, de utilizar para todo ello las nuevas herramientas tecnológicas. Un poco de seriedad, por favor, que las libertades nos las hemos ganado por derecho propio, no las convirtamos en algo vacuo cuando otros pueblos están luchando por ellas.

Nota: Entrada escrita entre ayer y hoy, que los descansos del trabajo no dan para tanto.

15 de diciembre de 2010

Examen a la japonesa

Creo que ya me he tomado mi tiempo de descanso. Entre el puente, estar algo perjudicada físicamente (llega el frío y parece que atraigo a todo virus/bacteria/bicho-en-general con mala intención) y agobios varios no he escrito nada. Además me ha dicho uno de mis lectores (uno de los tres) que tengo que publicar más a menudo para enganchar a mi público. Lo haré, pero sólo porque no le puedo decir que no.

Si reflexionara sobre cualquier asunto ahora creo que maldeciría mi suerte y solamente porque como el autobús de hoy ha decidido dejar que disfrutara del rocío del alba (traducción: un frío de cojones) y anoche no pude descansar en condiciones (soy pura poesía, buscad la rima) no estoy en plenas condiciones mentales.

Pero a lo que iba... ¡Por fin me presenté a mi primer examen de japonés! Se acabó el estudiar y darle vueltas una y otra vez. El domingo 5 de diciembre me presenté al Noken 5, que es el nivel oficial más bajo del idioma japonés. Sí, el 5 es el nivel más bajo y el 1 el más alto, que cada vez que lo explico alguien me suelta: "estos japoneses todo lo hacen al revés". Debe ser que caminan haciendo el pino y yo no me he enterado. He de decir que es un examen bastante estresante, empezando por tener que ir a hacerlo a Madrid, porque sólo hay dos sedes donde se realiza, una en dicha capital y otra en Barcelona. Bueno, llegamos a la universidad complutense y lo primero unas flechas muy amables indicaban el camino hacia las aulas, dando un bonito rodeo por el campus (al salir vimos que la estación estaba justo en frente, benditas indicaciones). Al llegar nos infiltramos entre una masa enorme de gente, todo hasta arriba, eran las 9 de la mañana. Nos apañamos como pudimos y buscamos la mesa de registro (mi compañero y yo teníamos números diferentes, como en la pescadería), colándonos entre la gente que esperaba (no con maldad, es que moverse era complicado). Tras mostrar el DNI y encontrar el aula (arduo proceso) entramos al examen. Seguimos con el estrés, tenías que enseñar todo el rato la identificación, sentarte en el sitio con tu número, sólo podías tener en la mesa lápiz, goma y sacapuntas...

Una vez sentados (9:30) nos dieron unas instrucciones de 20 minutos sobre cómo rellenar el examen y también comentaron que como sonara un móvil, aunque fuera en modo vibración, te "echaban" del mismo y lo anulaban. Justo al acabar la frase todo el mundo se levantó a comprobar sus teléfonos, claro. Una vez explicado todo, por fin empezamos. Esta primera parte de vocabulario y kanji me salió bien, con alguna duda, pero sin mayor importancia. Al terminar nos dieron como 20 min de descanso (para qué? ni idea), tras los cuales volvimos con las pertinentes comprobaciones para que no te cambiaras con tu hermano gemelo maligno o algo así. Otra vez las explicaciones y hacer la parte de gramática y comprensión lectora, diría que me salió bien, pero esta parte me dejó algo dubitativa, la verdad. Venga, ahora 30 min de descanso para un café absolutamnete necesario y un donuts de chocolate por puro vicio. Vuelta a empezar con las instrucciones (tercera vez que nos contaban lo del móvil, por supuesto) y por fin la tercera y última parte de comprensión auditiva (a esto toda la puñetera vida lo he llamado "listening", qué daño ha hecho el inglés). Perfecto, muy fácil. Pondré un ejemplo en castellano del tipo de preguntas:

Enunciado: Quieres saber qué hora es, ¿qué dirías?
Respuestas:
-Tengo hambre
-Hello Kitty merece morir
-¿Qué hora es?

Si acertáis seguro que ha sido suerte. Quizá exagero (recordemos que vivo en Bilbao, tengo que mimetizarme con el ambiente), pero era muy fácil, creedme.

Al acabar tuvimos que esperar a que comprobaran que estaban todos los exámenes y nos dijeron que si por algún casual salía alguna de las preguntas del examen en internet, se anularía toda la prueba y no saldrían las notas (miedito), por si alguien no lo sabe se hace el mismo examen a nivel internacional. Exhaustos salimos a las 13:30 de allí.

Como premio fuimos a un restaurante japonés de Madrid, el Oishii, y comí mi primer ramen auténtico (véase no instantáneo). Riquísimo, con carne, setas, verduras... se me cae la baba de recordarlo. No me extraña que Naruto tenga ese vicio.

Creo que ha sido el examen más estresante y agotador de mi vida, ¿alguna vez os habéis presentado a algo parecido? estos japoneses se lo toman muy en serio. Pero por lo menos salí contenta y con la sensación de deber cumplido. Ahora a esperar a la nota que llegará dentro de dos meses...

1 de diciembre de 2010

La ciencia salvó mi alma

Increíble, creo que he visto en Amazings el mejor vídeo sobre ciencia. Los primeros minutos me han encogido el corazón, haciendo aflorar mis temores ocultos por culpa de la inmensidad del universo y lo insignificantes que somos a su lado. Después hace que me de cuenta de que la ciencia también salva mi alma, que no hay necesidad de buscar más explicaciones dentro de las religiones: "Observar lo que hay, no lo que me gustaría que hubiera".

Os pido por favor que le dediquéis unos minutos. Maravilloso.

¿Deporte?

Lo siento, pero si no expreso lo que siento voy a explotar. Porque no me vale con las redes sociales, ni con conversaciones que empiezan con un tema vanal y acaban hablando de lo humano y lo divino, porque mejor fuera que dentro.

Empiezo el peñazo de reflexión del día (noche, más bien). Pan y circo, señores. De eso se trata y cada vez está más claro. Tras días machacándonos con el partido del siglo (¿estos dos equipos no se enfrentan un mínimo de dos veces al año?), lo más importante para una gran parte de la población (¿dónde estaba Corea?) es el dichoso Barça-Madrid. Yo soy del barça, lo reconozco, me gusta sobre todo su equipo de baloncesto y no me da vergüenza admitirlo. Pero seamos serios, ¿cuál es la definición de fair play?

Juego limpio, sobre todo en deporte. 

Entonces el fútbol no es un deporte, porque el partido más esperado de la liga es precisamente de fair play de lo que carece. ¿Está mal empujar a un entrenador? Por supuesto que sí, pero tampoco es muy decoroso vacilar con el balón. ¿Es feo y violento agredir a varios contrincantes? Claro, pero habiendo dado una paliza al otro equipo tampoco viene a cuento hacer gestitos con la mano abierta. Y si habláramos de los aficionados radicales de ambos clubes tendríamos mil y un ejemplos de cómo no utilizar una afición para soltar la agresividad.

Algunos pensaréis que exagero. Seguro que sí, yo soy así. Estoy de acuerdo en que es solamente un deporte, que mucha gente utiliza para distraerse de forma sana, pero esto está llegando a tal fanatismo, que me decepciona y me da miedo, porque parece que en este país las dos únicas cosas que pueden mover a la gente son el sálvame y el fútbol.