Tenía no uno, si no dos temas en el tintero para publicar esta semana (es que la Ley Sinde da para mucho), pero resulta que me funcionaba mal la tecla de acento del teclado, al pulsarla me salían dos y claro, sin tildes yo no puedo vivir, ultrajar a un idioma me supera. Pero, ¿para qué creó dios internet? Lógicamente para solucionar todos mis problemas informáticos, un par de foros por aquí, unas descargas por allá y ¡listo! Ya puedo escribir tranquilamente, pero se me han escapado los últimos días del año y hoy, último día de trabajo en el laboratorio, me gustaría deleitaros con un post sobre cómo me ha ido este año y qué propósitos tengo para el año que entra ya mismo (la originalidad nunca fue mi fuerte).
2010 es un número bonito, que me recuerda a las conversaciones sobre el gordo de navidad, ¿quién estipula qué números son más bonitos que otros? En serio, el 00001 a mí me encanta y tiene las mismas posibilidades de salir que cualquier otro, en fin, no me sorprende en un país lleno de farsantes y supersticiosos... A pesar de la belleza cuestionable de los números, creo que este año se ha estancado del todo mi vida. Suena mal, pero no tiene nada que ver con la felicidad, si no con el cambio. Leed en el blog change la historia que ha publicado nearwen, porque nunca me he sentido como una rosa (me va más la sencillez de una margarita), pero es cierto que el cambio, la suerte, la felicidad están dentro de cada uno y a veces nos cuesta darnos cuenta de qué buscamos exactamente y mientras intentamos averiguarlo la vida pasa a una velocidad que despeina.
Por otra parte, mientras busco un huequito donde encajar, me meto en mil cosas. Eso me pasa porque soy inquieta mentalmente, pero una marmota en cuanto al físico se refiere, si no me obligara a hacer cosas me dedicaría a dejar la marca de mi trasero en el sofá (cuánto daño han hecho los Simpsons). Como me gustan los idiomas, a empezar a estudiar japonés y a seguir con el inglés (en serio, que alguien me diga cuándo puedes dejar de estudiar este idioma); como me gusta la ciencia, a empezar con un programa de radio (no mencionemos el blog, porque tiene telarañas); como me entran las añoranzas de mi pasión por el karate a pensar en volver. Si el día tuviera más horas os aseguro que haría más cosas. Lo que arregla a este año que ya es agua pasada es haber conocido a gente interesante y haber podido disfrutar de mis aficiones y mi gente, porque al final es lo que te llena, estar todos los días fuera de casa de 9 a 9, pero poder llegar a Santander un sábado y olvidarme de todo con unas cervecitas de por medio o repantingada en el sofá sin hacer nada de nada. Eso es vida.
Por lo tanto, para el año que entra espero poder empezar a producir científicamente de verdad, mejorar los idiomas que espero me hagan falta en un futuro cercano, decidir si voy o no a Japón (última broma que me han hecho: "cada vez se te están achinando más los ojos"), hacer que el programa de radio sea todavía más interesante, volver a karate y estirar estos músculos de vieja que tengo, seguir haciendo las cosas que me gustan y disfrutar de vuestra compañía.
Nada más, para los propósitos de año nuevo solamente recordaros que "la suerte es de los valientes".
Lo primero de todo, gracias por la publicidad a mi blog. Tengo 4 lectores contados (pocos pero buenos, todo hay q decirlo) y quizás a alguien más le interese jeje.
ResponderEliminarMañana escribiré yo también sobre mi año, qué típico verdad? sé q te sientes un poco estancada pero como dices no se trata de felicidad, y normalmente un año así significa un gran cambio al siguiente. En tu caso, no dudo que para bien.
Y que no decaigan esas cervezas... o esos viajes a cualquier parte!