29 de noviembre de 2010

Sé lo que estás pensando

Voy a pasar de comentar el Salón del Cómic y manga de Getxo porque me decepcionó bastante, pero que conste que me lo pasé muy bien con vosotros, chicos! Como estoy un poquito atascada con una novela de Kafka que tenía pendiente, voy a comentar el libro que terminé hace un par de semanas. 


 La novela se llama sé lo que estás pensando, y es de John Verdon. Se supone que es un best-seller y según dice alguna crítica:

"Sé lo que estoy pensando es una buena novela, quizá ligera para los muy aficionados, pero que resultará muy entretenida para aquellos lectores ocasionales que busquen un buen misterio y una investigación concienzuda."

No podría estar más de acuerdo, pero añadiría excesivamente ligera y centrada en elementos que provocan que dejes de prestar atención a la lectura. 

Argumento: es un thriller policiaco con una premisa muy interesante de primeras (mi pasión por los trillers me pierde), Jack Merelly recibe una carta amenazante pidiéndole que piense un número, al hacerlo y abrir otro sobre se encuentra ese número escrito. Presa del pánico le pide a su colega de la universidad, David Gurney, policía jubilado, que le ayude a averiguar quién es el remitente de dichas misivas.

Bien, interesante, un asesino en serie inteligente, manipulador y maquinador (lo mío es la poesía) y un policía con mucho tiempo libre y un gran talento para atrapar criminales. Vale, sigue siendo interesante, el autor lleva bastante bien la historia, pero se obsesiona tanto con las sensaciones del policía que me daban ganas de pegarle. Aquí llega el fallo, explica cada detalle de la vida del protagonista, cualquier emoción sin relación con el caso, incluso interpreta absolutamente todas las miradas. Es como si yo me subiera al autobús y pensara "el contuctor me miraba de soslayo mientras pagaba el billete, lo que podría dar a entender que estaba preocupado por sus problemas en lugar de hacer caso a lo que ocurría a su alrededor". ¡No! Está claro que los autobuseros vienen con la mala leche de serie, no le des más vueltas, hombre. 

[Posible spoiler] Pero tiene cosas muy buenas, aunque llega un momento en el que es muy predecible, que tú ya sabes con toda seguridad quién es el asesino, el autor consigue que cuando el policía todavía no sabe quién es y están juntos te entre una ansiedad increíble, queriendo gritarle al policía: "¡Es él! ¡Pero cómo no te das cuenta!" Seguro que os ha pasado viendo alguna película de suspense.

Acabando esta crítica tan "original" tengo que decir que mi personaje preferido es el asesino (iba  adecir "lógicamente", pero queda un poco raro). Esas mentes malvadas (a lo doctor maligno) tan brillantes, capaces de cometer asesinatos casi perfectos, marcadas por algún trauma del pasado o alguna enfermedad mental. Nunca me cansaré de este tipo de historias, y me niego a pensar que la inteligencia esté tan cercana a la maldad en cualquiera de sus formas, pero eso mejor lo dejo para otro día.

Nota: si alguien quiere que le pase el libro electrónico que pase por información.

26 de noviembre de 2010

Un poco de humor

El sábado pasado estuvimos en la noche de monólogos de la noche es joven de Santander, creo que cierta personita necesita esta definición de la RAE:

1. m. soliloquio.

2. m. Especie de obra dramática en que habla un solo personaje.

Para conocer el significado de soliloquio acudan a la rae, por favor (sonido de megafonía).

La verdad es que vimos una mezcla de géneros. Desde un tío medio pirado (sin acritud) que tocaba cosas raras (instrumentos, mal pensados) y bailaba la danza del vientre a lo Shakira (todavía me duelen los ojos), hasta un recital de poemas con un toque humorístico acompañados por los acordes de una guitarra, pasando por un señor que contaba anécdotas sin gracia y una pareja haciendo un sketch bastante gracioso.

A mí me gustan especialmente los monólogos de humor, considero que la risa es lo más bello que existe y divertirse uno de los placeres de la vida, así que os pongo algunos de mis monólogos preferidos.




Pondría mil más, pero para eso tenéis el youtube!

22 de noviembre de 2010

Abandonada a mi suerte

Os he pillado, seguro que pensábais que por el título la entrada sería algo espeluztacular, pero como todo lo superfluo de esta vida, es una tontería mía.

¿Abandonada por qué? Pues porque mi compañero de piso se marcha, ohhhhh. Desde que vivo en Bilbao he pasado por muchos pisos y conocido a todo tipo de personas con las que he compartido piso (los que no hayáis tenido el placer, os diré que de cada 4 te toca un bicho raro) y tras dejar mi cómodo a la par que ruinoso piso del centro de Bilbao, creía que no encontraría a alguien con quien llevarme tan bien como con mi querida sexagenaria. Justo cuando encuentro a mi encantador compañero-por-poco-tiempo de piso en una casa perfecta, se marcha por motivos personales. Me da bastante pena porque nos llevamos bien y nuestras formas de vida se acoplan mejor de lo que pensaba. 

Ahora tengo que encontrar a alguien con quien compartir la convivencia. Que pase por alto mis defectos y no me saque de quicio con los suyos. Que tolere mi independencia y valore la suya propia. Que no viva en la inmundicia pero tampoco quiera comer en el parqué. Y a poder ser que no tenga el dedo pegado al número 5 del mando de la tele. En fin, alguien normal, que parece fácil, pero os aseguro que no lo es, igual tengo que pagar para que vengan a vivir conmigo...

PUBLICIDAD: Si alguien está buscando piso y le apetece compartir uno con una chica tan maja como yo, que deje un comentario que ya le llamaremos.

18 de noviembre de 2010

Nihon Jaia (Domingo)

Me han llamado la atención por no contar mi segundo día en la fiesta japonesa y ponerme a divagar con mis paranoias personales.

El domingo vino gente más sensata que me dejó dormir hasta una hora prudencial para mí, es decir, las 11:30 (todavía creo que es madrugar). En coche desde santander mi hermanita y daisuke me trajeron una tonelada de viandas (made in mamá) y tras dejarlo todo en casa nos fuimos al palacio de deportes. El sistema de cadena de montaje seguía igual (una persona pasando entradas y la otra cobrando), pero por lo menos no esperamos una eternidad.

Entramos y vimos los stands, que casi convencemos a mi hermana para que se vistiera de lolita... Otra vez bonsáis, ikebana, origami, amirigumi, más de lo mismo. Y me hice una foto con el tablero gigante de Go (quiero uno!), de paso aproveché para enseñar un poco a estos iggggnorantes.

Como azafata no tengo precio.

A la sombra de los pinos (o del manzano, para todos los gustos).
Foto con mi hermanita querida.
Ya casi soñaba con kimonos, muñecotes y estrellas ninja, porque había pasado tantas veces por todos los sitios que estaba saturada. La pena es que había más gente que el sábado y la zona de juegos de mesa estaba a reventar, así que no jugamos a nada. Pero claro, como somos ludópatas (sobre todo en mi familia), nos pasamos por la zona de videojuegos, que el día anterior no sé cómo hicimos para no verla. Tenían unas cuantas consolas y un circuito en miniatura de Mario kart muy chulo. Tras intentar volar con Goku y pegar patadas a la vez (game over total), me puse con mi hermana a pegarnos con el juego de Naruto:
Mirad cómo sufre la perdedora mientras le doy una paliza. Yo decía "muereeee".
Y aquí su muerte, o lo que es lo mismo, la de Sasuke = doble satisfacción.
La verdad es que vimos bastantes cosas, en el tatami la exhibición de Judo (me encantan las artes marciales, pero nunca entenderé esta) y la de Kendo/Iaido. Impresionante esta última, contaban con 3 maestros japoneses y un nivel acojonante. Me gustó mucho el Iaido, que es el arte de envainar y desenvainar la katana, donde lógicamente usaron katanas reales y eso siempre mola.






Comimos en el restaurante de allí, que estaban los cocineros del Ikeguchi, un restaurante japonés que está en Gernika y donde la única vez que he estado comí el mejor yaki soba de toda mi vida, lo recomiendo fervientemente, relación calidad/precio insuperable. Bueno, pedimos sushi y gyudon, todo muy rico. Lo mejor fue el "caso washabi". Igual no lo habéis probado, pero el washabi es muy picante y se pone un poquito en el sushi, tiene esta pinta:

Pequeño pero matón.
Pues resulta que a nuestro querido daisuke no se le ocurre mejor idea mientras no mirábamos que coger todo el washabi del plato y metérselo a la boca. Bueno, tiró el tenedor, se movía espasmódicamente y casi lloraba, pero a mi hermana y a mí sí que se nos saltaban las lágrimas de la risa. 

La verdad es que a pesar de que estos dos estaban bastante cansados, me lo pasé de muerte, me dolía la cara de tanto reír. Casi nos da algo cuando vimos la danza butoh (ni yo sé lo que es, pero no os pongo ni un link porque no quiero provocar un sopor profundo en mis lectores), y nos animamos al son de los tambores, con el grupo de taiko del día anterior.

En fin, que acabamos cenando en un wok (no cabía más comida asiática en mi cuerpecito) y con las mismas estos se volvieron para Santander. El fin de semana estuvo genial, poder juntar una de mis pasiones (todo lo relacionado con Japón) con una compañía inmejorable, es un gustazo muy difícil de superar. El año que viene más, chicos!

Próximo evento: Salón del comic y manga de Getxo. Si alguien se quiere apuntar que pase por información.

17 de noviembre de 2010

Cojo la maleta y me voy!

No he podido evitarlo, iba a hablar sobre mi domingo en la nihon jaia, pero acabo de reírme hasta llorar con mi becario favorito y tengo que compartirlo.

¿Alguna vez habéis pensado en dejarlo todo y marcharos lo más lejos posible? Yo sí, infinidad de veces. Muchas de ellas sin saber muy bien por qué. Le tengo mucho cariño a mi tierruca, pero se me quedaba pequeña. Estoy muy a gusto en Bilbao, pero siento que de alguna forma me ahogo. Seguro que todos os habéis sentido así en algún momento, cuando estáis hartos de que se aprovechen en el trabajo o cuando no conseguís que os cojan en ninguno, cuando tienes tanto que estudiar que no logras ver la luz del sol, cuando empiezas un proyecto con mucha ilusión y resulta que no es lo que esperabas (¿alguien ha dicho tesis?), cuando discutes con tu familia o con tus amigos, cuando te sientes solo, incluso cuando te rompen el corazón. O cuando sencillamente sientes que algo no va bien, como me pasa a mí. Un cosquilleo por dentro te pide a gritos un cambio, que huyas lo más lejos posible. Y no lo haces por cobardía. Esto es así, por lo menos para mí, no te atreves porque te da miedo: a no encajar, a que no salga bien... ya se sabe "más vale malo conocido que bueno por conocer".

Así que me voy a Malasia, ¿por qué no? Cualquier país es bueno, ¿qué sabéis de los malayos? Puede que sea el mejor sitio posible, puede que sea mi sitio. Quizá algún día haya huevos (gran frase) de hacer lo que me apetezca en ese momento, porque está claro, si no lo intentas no consigues nada.

Al final he convertido algo gracioso en una reflexión filosófica, pero mañana prometo poner algo entretenido. Mientras, me voy a soñar con Japón. ¿En serio existe una ciudad de nombre Putrajaya? Qué grande es el mundo...

16 de noviembre de 2010

Nihon Jaia (Sábado)

El pasado fin de semana estuve en una fiesta japonesa, la Nihon Jaia! Llevaba un tiempo deseando acudir a la segunda edición de estas jornadas sobre la cultura del país nipón, que tanto me apasiona, como muchos sabéis. Pensaba que al final me dejarían tirada cual friki incomprendida, pero estuve muy bien acompañada ambos días. Hoy os voy a contar mi experiencia el sábado.

Por la mañana me vino a buscar mi compi de clase de japonés, eran las 10 y me había levantado 15 minutos antes, así que lógicamente estaba en pijama todavía. Ahí fue cuando tuvo que retractarse de lo de no ser femenina, porque tardé un rato en arreglarme y me dijo: "pues sí que pareces una mujer". Recordad amiguitos, la venganza se sirve en plato frío.

Allá que nos fuimos al Bilbao Arena o palacio de deportes de Miribilla, porque supuestamente abrían a las 10, pero para nuestra sorpresa el evento parecía cubano y no japonés, porque abrieron casi una hora tarde y la cola de las entradas no avanzaba. Al llegar a la taquilla nos dimos cuenta de por qué, tres personas de cháchara: una de ellas te cobraba, la otra le pasaba las entradas (muy importante la cadena de montaje) y un segurata distrayendo al personal. Conseguimos entrar, y la exhibición de karate se supone que empezaba a las 10:30 (eran casi las 11), así que pasé a saludar a mi antiguo sensei de karate (tantos momentos nostálgicos que se agolpan en unos minutos) y me dice que empezarán a las 12. Perfecta la organización, todo el horario a tomar por donde la espalda pierde su nombre. Hubo unos cuantos fallos organizativos más, pero puedo perdonarlo, ya que es difícil coordinar tantas actividades y es sólo la segunda edición, de los errores se aprende, dicen.

Para pasar el rato hasta la exhibición nos pasamos por la zona de juegos. Estaba muy currada, tenían un montón de juegos de origen asiático y los chicos, muy majos ellos, te explicaban cómo se juega. Nos llamó la atención el GO, y nos sentamos con un señor muy amable que nos enseñó a jugar y echamos una pequeña partida (he de decir que iba a ganar, pero él terminó la partida, que somos unos pesados). El GO tiene unas reglas muy sencillas pero es un juego de estrategia muy complicado. Nos lo pasamos pirata, así que seguramente nos pasaremos algún día a jugar, que la gente de la escuela de go de bilbao juega en el bar Tapelia de Bilbao los miércoles.


Al acabar empezaban los karatekas, y yo sólo pensaba en las ganas que tengo de pisar un dojo... Las artes marciales son algo increíble, con todo lo que conlleva: energía, equilibrio, fuerza, precisión, concentración... y podría enumerar miles de cosas más. Además, el maestro japonés demostró cómo sabiendo utilizar nuestro cuerpo podemos sentirnos mejor e incluso aprender a defendernos.


Nos tuvimos que marchar antes de que acabara porque habíamos quedado con dos amigos para comer y volver a la fieshhta. Para seguir acordes con el ambiente se nos ocurrió ir a un chino (somos unos chaqueteros), pero al lado de la cocina japonesa comer en un chino se asemeja a chupar una suela de zapato (atención! esto es una hipérbole).

Por la tarde jugamos más (es lo que tiene ser ludópata), nos paseamos por la exposición de bonsáis (impresionante), por la de origami, amirigumi (son monísimos los muñecos de lana), kimonos... Aquí las fotos:

Me encantaría probarme este kimono, ¿me quedaría bien?

Búho de origami

En todo el fin de semana pasé a ver este jardín unas 5 veces, es raro que yo lo diga, pero son tan monos...

Estos árboles en miniatura son impresionantes, pero por no cuidarlos...
Lo último que vimos fue una actuación de Taiko (tambor japonés) y me sorprendió comprobar que en el grupo había cuatro mujeres, creía que era más común que lo tocaran hombres, pero está claro que las chicas podemos hacer lo que nos propongamos.


Quería terminar el día con el visionado de un documental, pero por culpa de la mala organización, al final asistí a una conferencia sobre el boom de los blogs sobre Japón, que no estuvo mal. Eso sí, mis acompañantes no aguantaron hasta el final (blandengues) así que me fui a casa cansadita pero contenta. Mañana os contaré el domingo que aunque lo parezca no es más de lo mismo (en realidad sí, no puedo engañaros). Oyasumi!

15 de noviembre de 2010

Himono Onna

En los ratos libres de mi día de estudio (gracias al señor Alberto Magno me he podido quedar en casita) he terminado de ver la segunda temporada de una serie japonesa muy divertida: Hotaru no Hikari.

Antes que nada, pongo muy brevemente el argumento: Hotaru es una chica normal que se esfuerza en su trabajo, pero cuando llega a casa se convierte en una himono onna, no le interesa el amor, es muy desordenada, en casa se pone cómoda y viste ropa vieja de deporte, bebe cerveza, se ata el pelo de forma muy rara y cosas poco femeninas por el estilo. En este vídeo, si ponéis el minuto 4:08 lo explican las chicas de la serie:


Claro, lo bueno empieza cuando por casualidad empieza a vivir con su jefe y a la vez se enamora de un compañero de trabajo. Esta serie tiene momentos que son un puntazo y la protagonista es única, una pena que el chico mono del que se enamora tiene cara de palo y cada vez que salía me daban ganas de darle una torta para ver si espabilaba.

Lo curioso es que parece que este término se usa de verdad y mira que metáfora tan bonita al llamar a una mujer (onna en japonés) himono, que significa algo así como pescado seco. Esta explicación en inglés no tiene precio. Me identifico tanto con algunas cosas que me da hasta miedo. Creo que no hay mayor placer que quedarte un domingo en casita, con la ropa de andar por casa (en mi caso pijama o ropa vieja, esas camisetas de propaganda que todo el mundo usa para dormir, no me lo negaréis), con mi cinta de pelo de arrebato puesta, tirada en el sofá comiendo gomis (así bautizó mi hermana a las gominolas, patatas de bolsa y demás guarrerías), sin molestarte en ordenar nada... Mi tan soñada utopía, que todos los días sean domingo. No creo que por esto me quede solterona, ¿no? Esto me recuerda que cierta persona que va conmigo a clase de japonés se mete conmigo diciendo que soy muy poco femenina. 

Creo que en Japón es mucho más exagerado eso de aparentar y que las mujeres tienen que estar perfectas a todas horas, que aquí no pasa eso, ¿qué opináis?

14 de noviembre de 2010

Mirada inquietante

No pensaba escribir nada hoy, porque he estado todo el día en la Nihon Jaia y he vuelto muertita a casa (algún día os hablaré de por qué estoy siempre cansada), cuando tenga fotos y ganas de escribir os contaré qué tal me lo he pasado.

Tras empijamarme (en la rae se gastan el dinero en tonterías como la "ye" en lugar de inventar palabras tan útiles como esta), sacarme los ojos (véase quitarme las lentillas), tumbarme en el sofá y echarme la mantita encima, me he dedicado a vaguear y mirar las dos cajas tontas (tele y ordenador). Y he encontrado la mirada inquietante que nos gustaría poner en muchos momentos: cuando tu jefe te dice "buen trabajo", cuando aseguran que esa persona con cara demoníaca es el Papa, cuando en algún programa de telecinco  hablan sin gritar (perdón, esto es imposible), o cuando dije que iba a escribir un blog. ¿Algún ejemplo más?


Bueno, mis neuronas necesitan reposo urgentemente y puede que mañana sea otro día laaaaargo.

12 de noviembre de 2010

La capa de invisibilidad existe

Como lo prometido es deuda y porque me encanta ser monotemática, os voy a contar por qué ha sido ahora cuando he decidido abrir el blog y no antes. Todo viene a raíz de una noticia que saltaba hace poco a los medios:


Lógicamente esto no es nuevo, se lleva investigando hace bastantes años y ya habían salido noticias de este estilo, pero los medios de comunicación hacen que parezca que todo se consigue de la noche a la mañana, o que son sus fantásticos periodistas los que encuentran estas noticias tan novedosas como sensacionalistas (me encanta que en algunos periódicos digitales hablen de Harry Potter). Pero no me voy a meter más con el periodismo científico, lo haré otro día con más tiempo y un post enterito dedicado a ese tema con todo mi amor.

Sigo con el tema central, que me voy por las ramas. Al leer esto pensé: “mira, han descubierto mi capa, va a ser el momento de abrir mi blog aprovechando la coyuntura informativa”. En realidad me hizo recordar la broma de fallas y recuperé la idea del blog.

Cómo veamos los objetos depende de la interacción de las radiaciones electromagnéticas (en este caso la luz visible) con sus átomos. Los metamateriales (si me equivoco que mi físico preferido me corrija) son materiales artificiales que tienen un tamaño menor que el de la longitud de onda con la que se trabaja. Estos materiales pueden desviar la radiación electromagnética alrededor de sí mismos, consiguiendo la “invisibilidad”. Os dejo un vídeo en el que se explican mejor que una humilde servidora:

Videos tu.tv

Mi capa de invisibilidad no era una locura transitoria, y los usos militares por el bien de la humanidad seguro que se están probando ahora mismo. Os pongo otro vídeo en el que hacen “trampas” para lograr la invisibilidad, lo que hacen es filmar lo que hay detrás del objeto y lo reflejan en el mismo para que parezca que es invisible:


Por último, si queréis saberlo todo sobre las capas de invisibilidad, echadle un vistazo a este artículo, que merece la pena. Una pregunta, en serio, después de ver que todo lo que parecía ciencia ficción puede llevarse a cabo gracias a  los científicos, ¿a quién no le gusta la ciencia?


11 de noviembre de 2010

Sentirse invisible

Corría el año 2010 y por segundo año consecutivo visitaba Valencia para disfrutar de las calles infestadas de gente, los pasos de cebra de media hora hacinada junto a una horda de personas ansiosas por cruzar, ninots impresionantes que se alzan en calles estrechas que sólo puedes atravesar de lado, petardos (personas) que hacen explotar petardos (de pólvora) a escasos centímetros de tus pies… O lo que es lo mismo, en fallas. Entonces, a pesar de la cantidad ingente de seres humanos en esta ciudad en esas fechas, las tres amigas nos sentamos en una terraza y al cabo de media hora pedimos nuestras cañitas, pero cuando pasó otra media hora decidimos irnos ya que no llegaban a nuestra mesa. Como esto nos pasó tres veces nos dimos cuenta que no era culpa de los eficientes camareros, si no que llevábamos puesta la capa de invisibilidad (a veces te olvidas de quitártela). Ese momento me hizo pensar en lo poco que pintamos en el mundo a nivel global (uno entre casi siete mil millones), en lo solos que a veces nos sentimos a pesar de estar rodeados de gente y cómo a todos, en mayor o menor medida, nos ha parecido que somos invisibles, que nadie nos está mirando. 

Aunque parezca profundo, el resultado no lo es tanto, decidí que sería una gran idea abrir un blog personal para poder contar estas historias y compartirlas con mis amigos, tanto los que me aguantan por antigüedad como los que todavía tengo que conocer. Así nunca seré invisible, aunque no tenga casi tiempo con el trabajo del laboratorio, las clases de inglés y de japonés, el programa de radio y mi futuro retorno a un dojo de karate, puede que haya alguien que quiera “escuchar” mis tonterías en este blog. Resumiendo, este es mi blog personal en el que iré contando todo lo que se me ocurra y espero que mis queridos amigos (sí, el tono es de amenaza) participen conmigo en él, que compartir es vivir. 

Para acabar con mi post inaugural, deciros que mañana mismo os contaré por qué si las fallas son en marzo, empiezo con el blog en noviembre.