El pasado fin de semana estuve en una fiesta japonesa, la Nihon Jaia! Llevaba un tiempo deseando acudir a la segunda edición de estas jornadas sobre la cultura del país nipón, que tanto me apasiona, como muchos sabéis. Pensaba que al final me dejarían tirada cual friki incomprendida, pero estuve muy bien acompañada ambos días. Hoy os voy a contar mi experiencia el sábado.
Por la mañana me vino a buscar mi compi de clase de japonés, eran las 10 y me había levantado 15 minutos antes, así que lógicamente estaba en pijama todavía. Ahí fue cuando tuvo que retractarse de lo de no ser femenina, porque tardé un rato en arreglarme y me dijo: "pues sí que pareces una mujer". Recordad amiguitos, la venganza se sirve en plato frío.
Allá que nos fuimos al Bilbao Arena o palacio de deportes de Miribilla, porque supuestamente abrían a las 10, pero para nuestra sorpresa el evento parecía cubano y no japonés, porque abrieron casi una hora tarde y la cola de las entradas no avanzaba. Al llegar a la taquilla nos dimos cuenta de por qué, tres personas de cháchara: una de ellas te cobraba, la otra le pasaba las entradas (muy importante la cadena de montaje) y un segurata distrayendo al personal. Conseguimos entrar, y la exhibición de karate se supone que empezaba a las 10:30 (eran casi las 11), así que pasé a saludar a mi antiguo sensei de karate (tantos momentos nostálgicos que se agolpan en unos minutos) y me dice que empezarán a las 12. Perfecta la organización, todo el horario a tomar por donde la espalda pierde su nombre. Hubo unos cuantos fallos organizativos más, pero puedo perdonarlo, ya que es difícil coordinar tantas actividades y es sólo la segunda edición, de los errores se aprende, dicen.
Allá que nos fuimos al Bilbao Arena o palacio de deportes de Miribilla, porque supuestamente abrían a las 10, pero para nuestra sorpresa el evento parecía cubano y no japonés, porque abrieron casi una hora tarde y la cola de las entradas no avanzaba. Al llegar a la taquilla nos dimos cuenta de por qué, tres personas de cháchara: una de ellas te cobraba, la otra le pasaba las entradas (muy importante la cadena de montaje) y un segurata distrayendo al personal. Conseguimos entrar, y la exhibición de karate se supone que empezaba a las 10:30 (eran casi las 11), así que pasé a saludar a mi antiguo sensei de karate (tantos momentos nostálgicos que se agolpan en unos minutos) y me dice que empezarán a las 12. Perfecta la organización, todo el horario a tomar por donde la espalda pierde su nombre. Hubo unos cuantos fallos organizativos más, pero puedo perdonarlo, ya que es difícil coordinar tantas actividades y es sólo la segunda edición, de los errores se aprende, dicen.
Para pasar el rato hasta la exhibición nos pasamos por la zona de juegos. Estaba muy currada, tenían un montón de juegos de origen asiático y los chicos, muy majos ellos, te explicaban cómo se juega. Nos llamó la atención el GO, y nos sentamos con un señor muy amable que nos enseñó a jugar y echamos una pequeña partida (he de decir que iba a ganar, pero él terminó la partida, que somos unos pesados). El GO tiene unas reglas muy sencillas pero es un juego de estrategia muy complicado. Nos lo pasamos pirata, así que seguramente nos pasaremos algún día a jugar, que la gente de la escuela de go de bilbao juega en el bar Tapelia de Bilbao los miércoles.
Al acabar empezaban los karatekas, y yo sólo pensaba en las ganas que tengo de pisar un dojo... Las artes marciales son algo increíble, con todo lo que conlleva: energía, equilibrio, fuerza, precisión, concentración... y podría enumerar miles de cosas más. Además, el maestro japonés demostró cómo sabiendo utilizar nuestro cuerpo podemos sentirnos mejor e incluso aprender a defendernos.
Nos tuvimos que marchar antes de que acabara porque habíamos quedado con dos amigos para comer y volver a la fieshhta. Para seguir acordes con el ambiente se nos ocurrió ir a un chino (somos unos chaqueteros), pero al lado de la cocina japonesa comer en un chino se asemeja a chupar una suela de zapato (atención! esto es una hipérbole).
Por la tarde jugamos más (es lo que tiene ser ludópata), nos paseamos por la exposición de bonsáis (impresionante), por la de origami, amirigumi (son monísimos los muñecos de lana), kimonos... Aquí las fotos:
Me encantaría probarme este kimono, ¿me quedaría bien? |
Búho de origami |
En todo el fin de semana pasé a ver este jardín unas 5 veces, es raro que yo lo diga, pero son tan monos... |
Estos árboles en miniatura son impresionantes, pero por no cuidarlos... |
Lo último que vimos fue una actuación de Taiko (tambor japonés) y me sorprendió comprobar que en el grupo había cuatro mujeres, creía que era más común que lo tocaran hombres, pero está claro que las chicas podemos hacer lo que nos propongamos.
Quería terminar el día con el visionado de un documental, pero por culpa de la mala organización, al final asistí a una conferencia sobre el boom de los blogs sobre Japón, que no estuvo mal. Eso sí, mis acompañantes no aguantaron hasta el final (blandengues) así que me fui a casa cansadita pero contenta. Mañana os contaré el domingo que aunque lo parezca no es más de lo mismo (en realidad sí, no puedo engañaros). Oyasumi!
jaja me dan ganas de ir el año próximo!
ResponderEliminarPor cierto, gran idea incluir lo de la "fieshhta" (un guiño para los viejos amigos) y lo de "no intentéis comer suela de zapato en casa".
Muy divertida!
Es que soy muy graciosa (eso me dice alv que soy cuando estoy cansada...).
ResponderEliminarYo siempre aconsejo no comer suelas de zapato ni residuos radiactivos, nunca se sabe lo que se le puede ocurrir a la gente.
sobre todo si lo mezclas... PURRRR
ResponderEliminarmuy mal!! suela de zapato no, pero... tampoco washabi de la muerte!!!!!
ResponderEliminarVERY GOOD, ese sábado molón!
jajaja no me acordaba de lo del washabi! eso para el post de mañana!
ResponderEliminarNiños, no os llevéis cochinadas a la boca.